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Las sabanas africanas ocupan unos 400 millones de hectáreas en 25 países. De esa superficie, solo se usa el 10 por ciento. Esos países gastan unos US$35.000 millones por año en la importación de alimentos y la previsión es que esa cifra salte a US$110.000 millones para 2025 si no se hace nada en cuanto a un plan de expansión de la agricultura.
Ghana tiene una superficie de 238.538 Km2 y una población de 28,4 millones de habitantes. Se trata de un Estado de África occidental que limita con Burkina Faso al norte, Togo al este, el océano Atlántico al sur y con Costa de Marfil al oeste. Según diversos informes, la agricultura representa más del 50% del empleo, en especial en el rubro del cacao. El oro y el petróleo tienen preponderancia en las exportaciones. China está realizando distintas inversiones en ese país.
Según contó a LA NACION Grobocopatel, en Ghana al menos podría ponerse en producción entre 1 y 2 millones de hectáreas en "agricultura competitiva y sustentable en los próximos años". No todas las 400 millones de hectáreas de las sabanas se pueden poner en producción porque hay restricciones ambientales y edáficas.
-¿Cómo nació el trabajo de consultoría para Ghana?
-A principios de año, el Banco de Desarrollo de África nos solicitó un trabajo en el marco de TASI (Iniciativa para la Transformación de las Sabanas) para estudiar la competitividad de las cadenas de valor de proteínas, basadas en la producción de soja y maíz y su transformación en carnes. Este tema es relevante, ya que en Ghana, y en casi todo el oeste de África, un 70% de la población consume menos proteínas que el mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
-¿Cómo se armó el equipo de trabajo?
-Armamos desde Los Grobo un equipo de argentinos, brasileños (expertos en agricultura tropical) y técnicos de Ghana y la conclusión a la que arribamos es que la agricultura en las sabanas es competitiva, resolviendo algunos temas simples, pero que deben abordarse en forma sistémica.
-¿Qué cosas se requieren para facilitar el desarrollo?
-Además de la incorporación de tecnología (estuvimos trabajando con la gente de Aapresid), se necesita facilitar el acceso al conocimiento estimulando las migraciones de los cerebros expertos, la formalización de los acuerdos con las comunidades locales, el ordenamiento territorial, la selección de los mejores suelos (la calidad es muy despareja), facilitar el acceso a los mejores germoplasmas, inversión en la transformación de esos granos en carnes y, por supuesto, la financiación. También sugerimos la creación de una organización que coordine estas iniciativas con participación de los sectores público y privado.
-¿Qué marco se le puede dar a ese plan?
-Este trabajo debería enmarcarse dentro del lanzamiento de una relación más intensa entre nuestro país y el oeste de África, donde más de 300 millones de consumidores demandan lo que en la Argentina mejor sabemos hacer: alimentos y el know how para hacerlos.
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Fuente: www.lanacion.com.ar