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-En un momento donde hay algunos sectores empresarios que apoyan el rumbo del país y aportan también su visión crítica de lo que falta, ¿cómo describirías a la Argentina 2018 de la Argentina 2017 en materia económica?
-Uno tiene que tener conciencia de que durante muchas décadas nosotros hemos creado pobreza. No le hemos encontrado la vuelta a cómo crear progreso y si no hay progreso la inclusión también es difícil. Mi expectativa de este período es que sea una vuelta de página. Que terminemos con estos años que tuvimos de creación de pobreza e iniciemos un nuevo período de creación de riqueza y progreso. Entiendo que este gobierno debería percibirse a sí mismo como un gobierno de transición entre lo que pasó y lo que va a pasar. No quiere decir que el próximo gobierno sea otro o el mismo.

-¿Por qué te parece importante eso?
-Venimos de una experiencia fuerte que fueron los 12 años de kirchnerismo. De alguna manera, cierran un proceso de muchas décadas donde exploramos distintas cuestiones y me parece que este gobierno es algo nuevo. No es peronismo ni radicalismo. No se sabe muy bien si es de derecha porque desde el punto de vista social, pone más guita que los que se dicen de izquierda. Tienen un enfoque más moderno que espero se consolide y profundice. Este gobierno va a arrastrar la creación de una nueva oposición peronista o neoperonista que también este alineada con estas ideas del progreso.
-Llevan 2 años de gobierno. ¿Te parece que ese camino está suficientemente delineado?
-Hay algunas ideas fuertes. Se está fortaleciendo el sistema republicano. El Congreso es más activo. Se discute, se votan leyes, se rechazan otras. El sistema judicial daría la impresión de que es más activo, que no está frenado. Puede ir para un lado o para el otro pero daría la impresión de que hay más “libertad”. El Poder Ejecutivo tiene más foco en la gestión. Se lo critica por ser un gobierno de CEOS. Detrás de eso, hay gente que está acostumbrada a la gestión, a rendir cuentas y a más transparencia. El gran problema que tenemos, y que todavía está pendiente, es una enfermedad cuyo síntoma es la pobreza: falta de competitividad. Esto nos pone fuera y hace difícil el tema del progreso y la inclusión. El gradualismo del Gobierno es algo positivo en su conjunto. El gradualismo requiere paciencia. Es más difícil gestionar el gradualismo que el shock. El gradualismo es estar encima minuto a minuto haciendo pequeños ajustes para que el barco no se te vaya. Y ahí el Gobierno en algunos lugares lo hace muy bien, en otros más o menos y en otros no lo hace bien.
-Las inversiones no se producen. ¿Esto es en respuesta a la misma velocidad con que el Gobierno ofrece gradualmente los cambios entonces vendrán gradualmente las inversiones?¿Se puede establecer una proporcionalidad entre ambas cosas?
-Una parte si. Los cambios graduales hacen que los incentivos para la inversión también sean más graduales. En los shocks, vos lográs competitividad artificial con una devaluación. Acá no está ese atajo. La competitividad va a venir por la inversión, la educación y cuestiones que llevan varios años. Es difícil invitar a un empresario a que invierta si no gana lo que le parece a él que tiene que ganar.
-¿Qué más le hace falta al gradualismo?
-Requiere sintonía fina y paciencia pero también un relato motivador. Porque para aguantar el tiempo que hace falta, uno tiene que estar pensando que va a por algo grande. Una gesta de transformación para volver a poner a Argentina entre los diez mejores países del mundo. Eso es algo que le falta al Gobierno y también a los empresarios. Todavía estamos atontados en esta crisis. Los relatos se construyen con realidades e ideas. Pura idea al final la gente sospecha. El relato se va construyendo con confianza que se va ganando a partir de las realizaciones, de las cosas de todos los días.
-¿Coincidís con el Presidente en que el campo le respondió?
-Yo creo que si. El campo, al sacarle el pie, respondió porque pasó de 120 a 137 millones de toneladas. Es récord la venta de maquinaria agrícola, insumos y tecnología. El consumo de fertilizantes aumentó. Los fletes de los camiones aumentaron. Hay una actividad enorme que se movilizó. Se venden más pick-ups. Argentina es el país de las pick-ups en el mundo. Eso se reactivó pero no estoy conforme con esto. Estamos viviendo de tecnologías que desarrollamos hace 20 años. Ahora tenemos que desarrollar las tecnologías de nueva generación.
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Fuente: pablorossi.cienradios.com