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Con embarques récords en algunos meses del año –como enero, donde obtuvo el mejor registro mensual de su historia–, durante 2020 el Puerto Quequén movilizó mercaderías por más de 6,5 millones de toneladas. No es el techo para este enclave portuario bonaerense, donde aspiran a exportar en un año más de 10 millones de toneladas de cereales. Para ese cometido, los grandes jugadores multinacionales del negocio ya tienen anotadas sus apuestas, con crecientes embarques e inversiones.
Por cuarto año consecutivo, a la cabeza de las operaciones se posicionó COFCO. La multinacional de capitales chinos que absorbió a Nidera y que se impone como el mayor exportador de granos en el país exportó desde el Puerto Quequén casi 1,3 millones de toneladas, destacándose casi 370 mil toneladas de soja, 355 mil de trigo y 275 mil de maíz. Amén de su liderazgo, la cifra representó 300 mil toneladas menos que en 2019.
Quien sí tuvo su alza en los giros al exterior durante el año pandémico fue Oleaginosa Moreno, empresa orbitada por la multinacional de capitales canadienses Glencore. Voces portuarias consultadas por este medio atribuyen este crecimiento a la suerte de su exsocia en Renova, Vicentin. A través de este joint venture, ambas firmas habían acentuado durante la era Cambiemos sus exportaciones desde esta terminal portuaria, aun más a partir de finales de 2018 cuando Renova se hizo del tablero de control de la planta de procesamiento de girasol y soja de Cargill en Quequén.
Bajo ese esquema, Renova pasó a ser propietaria de las instalaciones, pero no de los productos (aceites y pellets de soja y girasol) que venían siendo operados por separado: Oleaginosa Moreno, por un lado, y Vicentin, por el otro, según el grado de participación en la sociedad. En el estallido de Vicentin (que en 2019 había exportado casi 210 mil toneladas), Oleaginosa Moreno –que quedó con el control pleno de las plantas de Renova en Quequén– pasó de exportar poco más de 600 mil toneladas en 2019 a 875 mil en 2020.
La firma local mejor posicionada fue la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), que registró en 2020 más de 954 mil toneladas exportadas, destacándose las 267 mil toneladas de maíz, las casi 200 mil de soja y más de 300 mil entre cebada cervecera y forrajera.
Con este último cultivo acentuó su campo de acción en este bastión portuario cerealero el Grupo Los Grobo. A días de haberse iniciado 2021, exportó 5.000 toneladas de cebada con destino a China. De esta forma, hace su primera operación comercial de este cultivo con destino al gigante asiático la firma que hasta finales del año pasado estuvo presidida por el “rey de la soja” Gustavo Grobocopatel, quien renunció al cargo (no a la tenencia del 24% de las acciones) y se radicó en Uruguay.
Los Grobo es ahora presidida por quien era su vice, Santiago Cotter, en representación del grupo inversor Victoria Capital Partners, que controla Los Grobo desde 2016.
En 2020, Los Grobo había registrado operaciones por más de 66 mil toneladas de maíz en Quequén, lejos de otras agroexportadoras líderes como Bunge, que se ubicó en el podio con más de 935 mil toneladas embarcadas (la mitad, el cotizado maíz).
Otra jugadora fuerte sigue siendo CHS, que, junto a COFCO, opera allí la terminal portuaria Sitio 0, inaugurada en 2016 por el ministro de Transporte Guillermo Dietrich y que le permitió a estas firmas aumentar significativamente sus operaciones desde Quequén. En 2020, CHS Argentina, subsidiaria de la cooperativa agrícola más grande de EE.UU., mantuvo su nivel de giros de 2019: más de 600 mil toneladas embarcadas (sobresalen 230 mil toneladas de soja, casi 215 mil de maíz y 150 mil de trigo).
Tanto en Sitio 0 como en las dos restantes terminales de Quequén, las operaciones tampoco se vieron afectadas por el paro de los recibidores de granos y aceiteros, ya que las empresas que operan esas terminales alcanzaron un acuerdo salarial aparte.
Por otro lado, ante el crecimiento de la producción agrícola y una proyección de incremento del consumo de fertilizantes en torno al 50% hacia 2025, Glencore, ACA y la firma Sprayers realizaron inversiones en una terminal de fertilizantes, apuntando al desarrollo de la logística de importación y comercialización de este producto para la zona de influencia en plena expansión.
“Sobre un área de 5,9 hectáreas, en los sitios 11 y 12 de Puerto Quequén, la terminal cuenta con una capacidad de acopio de fertilizantes líquidos de 24 mil metros cúbicos y una celda de fertilizantes sólidos de 76 mil toneladas”, detallan desde el consorcio portuario acerca de la inversión en la terminal de Pier Doce S.A., firma concesionaria presidida por Ramiro María Fernández Candia, empresario necochense ligado a empresas de recolección de residuos.
La construcción y concreción de esa terminal de fertilizantes tuvo una fuerte resistencia de activistas ambientales que advirtieron sobre los posibles peligros que el material allí almacenado podría representar para la población vecina. No obstante ello, la terminal fue inaugurada en diciembre último, con lo que se estima que las operaciones en el complejo portuario se acrecentarán en 2021. (Damián Belastegui – LETRA P) www.nuestromar.org