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Días después de visitar los campos de producción que integran arroz y pacú en Las Palmas, Gustavo Grobocopatel repasó aquella experiencia, destacó la innovación; y dio también su visión sobre otros temas de actualidad. Acerca del Norte argentino, dijo que “el desarrollo del futuro está en el monte, orientado a las áreas amarillas en el ordenamiento territorial”. Y dentro de la polémica por las causas de grandes inundaciones en distintas partes del país, desvinculó de esas responsabilidades a la agricultura. “Creo que la agricultura absorbe agua, la siembra directa aumenta la infiltración y esos son datos objetivos”, apuntó.
En diálogo con NORTE, el presidente de Los Grobo -definida por él mismo como un “ecosistema” con un modelo que ofrece en un solo lugar la provisión de todos los servicios-, valoró las múltiples actividades productivas que el Norte argentino puede desarrollar e integrar para agregar valor; evaluó la campaña gruesa 2016/17 y advirtió que mientras el mundo demanda soja, en Argentina los incentivos para producirla no llegan al productor; analizó la realidad económica del país y se introdujo en un tema que siempre supone debate: las catástrofes climáticas que afectan a ciudades enteras y la eventual responsabilidad del modelo productivo.
NORTE: Más allá de haber visto el potencial que tiene el emprendimiento de la familia Meichtry radicado en esta parte del país, ¿cómo ve a la región?
Grobocopatel: El desarrollo del NEA requerirá el desarrollo de experiencias clásicas, comunes, tradicionales, y de experiencias más innovadoras como esta que visité. No creo tampoco que todo deba ser innovador. Me parece que hay un espacio enorme para mejorar la ganadería, tanto en porcentajes de extracción, en la alimentación como en la carga. Hay una posibilidad enorme de transformar maíz y soja en productos más elaborados, a partir de la transformación en carnes.
El desarrollo del futuro está en el monte, orientado básicamente a las áreas amarillas en el ordenamiento territorial y a la integración con pueblos originarios y criollos. Hay una diversidad de temas y de oportunidades interesantes. Estuve también en Corrientes, donde prevalecen producciones como la forestal, la horticultura y la fruticultura. Es un portafolio muy diverso de actividades. Ahora, el desarrollo de todas dependerá de generar un ecosistema emprendedor y de apoyar a gente como los Meichtry, y que haya muchos como ellos haciendo distintas cosas.
-Acá en el Chaco estamos en presencia de una de las peores campañas algodoneras de los últimos tiempos, un cultivo regional insignia, con un Estado que sigue interviniendo para asistir a productores con distintas políticas. ¿Usted qué opinión tiene del tema?
-El algodón, en la medida en que haya productividad, competitividad e integración con la industria, puede andar en ciertas zonas. Lo que sí creo es que no hay que sostener algo que no es productivo, porque el costo es dinero que va a eso y no a otros lugares donde se lo necesita. No conozco en profundidad el problema del algodón, aunque escucho que muchos se quejan porque las producciones son bajas y por problemas con los mercados; y hay que analizar y buscarle la vuelta.
-¿Lo decepcionó la actual campaña gruesa? ¿Había otras expectativas en el sector?
-Con la soja este año tuvimos problemas de inundaciones y de sequías. Dentro del portafolio agrícola, quedó relegada en relación al maíz, al trigo y al girasol, que tuvieron una baja de retenciones, por lo cual (la soja) no creció demasiado. Lo que estamos haciendo es que crezca la producción en otros países y no en Argentina. En Estados Unidos, la producción de soja por primera vez en la historia será más alta que la de maíz. El mundo demanda cada vez más soja, pero acá con el tema de las retenciones, no llega el incentivo al productor y por tanto no siembra más o bien siembra menos. Es parte de las cuestiones que deben ir resolviéndose.
-¿Y con ese escenario que usted describe, qué perspectivas observa para futuras campañas?
-La agricultura es algo muy demandado en el mundo. La expectativa siempre es muy buena. Soy optimista, pero hay que entender que los contrarios también juegan. Debemos hacer un esfuerzo permanente para ser más competitivos, y la presión impositiva juega en contra.
Cambio climático
-¿Sobre el debate acerca de las inundaciones en ciudades y campos, que son grandes catástrofes climáticas, y la culpa que se echa por ello al modelo productivo, qué opina?
-También escuché que de las inundaciones en Chubut la culpa la tiene el guanaco (se ríe). Es un chiste, pero lo que quiero decir es que los problemas climáticos tienen que ver con el calentamiento global y el cambio climático. En la llanura pampeana no había árboles, había pajonales. No hubo desforestación. Hay gente que habla de la capacidad de captura de agua de los pajonales. Puede ser que tengan razón, pero lo cierto es que Argentina no iba a vivir de esos pajonales. Querer volver al pajonal me parece algo absurdo. No creo que el problema de las inundaciones tenga que ver con la agricultura. Es poco serio que se diga eso. Creo que la agricultura absorbe agua, la siembra directa aumenta la infiltración y esos son datos objetivos.
El viernes, luego de participar en la ciudad de Corrientes en un foro sobre sobre producción y tecnología, Gustavo Grobocopatel llegó a Las Palmas, donde se levanta el complejo agroindustrial que pertenece a la familia Meichtry. Allí, Eduardo, Martín y Eugenia, junto a parte del equipo de trabajo, lo recibieron y lo acompañaron en un recorrido por el sector donde se hace la rotación arroz-pacú (piletas de producción), el molino arrocero, la planta de alimento balanceado, el frigorífico y también las obras de construcción del muelle del futuro puerto.
NORTE: ¿Imaginaba encontrarse con lo que finalmente vio en Las Palmas? ¿Cuál fue su experiencia durante la visita?
-Grobocopatel: No era una novedad (el emprendimiento), porque nosotros a través de Los Grobo SGR (Sociedad de Garantía Recíproca), los estamos apoyando desde hace algunos años. También sabía de la existencia del proyecto, porque hay una joven que forma parte de mi equipo, que hizo un trabajo durante su época junto a Jorge Neme (en el Ministerio de Agroindustria). Pero la verdad es que la realidad superó la idea que yo tenía.
-Claro, porque a campo nunca había visitado este emprendimiento...
-Grobocopatel: A campo no. Y me quedé muy sorprendido con la idea de encontrar un sistema productivo muy eficiente, que genere un valor muy grande y una gran opción productiva. Porque el pacú es original (de la zona) pero el arroz no. Y producido de esta forma se transforma en un producto sumamente original, porque se bajan los costos. Además, se hace un arroz orgánico, destinado a un mercado nuevo. Luego, la integración con el frigorífico, lo que será el puerto y demás. Yo cierro los ojos y pienso que allí se puede generar un polo productivo sumamente diverso y sustentable. Es un caso para seguirlo de cerca. Es la primera vez que veo algo así.
La falta de competitividad genera pobreza
NORTE: ¿En términos económicos cómo observa la realidad del país?
Grobocopatel: El gobierno paró la hemorragia pero continua la enfermedad, que es la falta de competitividad, y eso genera pobreza.
-¿Qué le pediría mejorar al gobierno de Macri?
-Lo que está haciendo, pero más rápido. Integrarnos más al mundo, mejorar la gestión, desburocratizar, mejorar la calidad del Estado, reducir impuestos y mejorar el ambiente para inversiones.
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Entrevista: Leticia Muñoz. Fuente: diarionorte.com